Anoche todos nos acostamos temprano previa asignación de responsabilidades tan pronto nos levantáramos. Se trata de un día muy especial, nuestros nietos asisten a una nueva escuela en otra ciudad, Marietta, GA, con compañeros desconocidos y acento muy diferente. La abuela, educadora de corazón, se levantó a las 5:30 am para tener TODO preparado, ropa, mochila y desayuno de los nietos. Además del cafecito para los mayores. Diego me habló de sus expectativas en la nueva escuela y Martín, el alcalde, se mostró muy contento y feliz en su nueva etapa. Los padres se encargaron de llevarlos ya que asisten a escuelas diferentes, en esta oportunidad acompañé a Gaby para llevar a Diego, cuya escuela es más retirada. Despedirse de los nietos una vez en el salón de clases nos causó mucha emoción y tanto ellos como nosotros soltamos algunas lagrimas.
Es una experiencia que se repite cada año y nos seguirá emocionando a sabiendas de lo bello que resulta el proceso educativo para contribuir a hacer de nuestros nietos mejores ciudadanos, preparados para la vida, auto-suficientes e independientes.
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